Esta escultura aborda el tema de los diversos artefactos que el hombre ha creado para conjurar a la naturaleza a lo largo de su historia—amuletos, rituales, palabras, etcétera— pretendiendo incluir a la electroencefalografía (EEG) en esta tradición. Para ello, se ha buscado crear un ritual mágico en donde el público pueda materializar su actividad cerebral a través del modelado de fuego en tiempo real y reflejarse en él. Se genera así un espejo interactivo que puede no sólo ser visto sino escuchado y sentido. Gracias a la capacidad que tienen las tecnologías digitales de abstraer y procesar la información de cualquier procedimiento, es posible transformar la actividad mental en fuego móvil y permitir al usuario concientizar su mundo interior. En este acto de tecnochamanismo, el público también podrá controlar su actividad cerebral a voluntad, al intentar dominar o repetir algún gesto realizado por el autorretrato de fuego.
Burning Thoughts
2015
Electrencefalograma, algoritmos computacionales, tubo de Rubens
Medidas 110 x 35 x 23 cm.